Abogado Aviles

Abogado Aviles

PROFESIONAL VERSUS EMOCIONAL

La semana pasada tuve un juicio fuera de Avilés y aproveché para hacer algo que me gusta bastante, perderme en mis pensamientos durante todo el trayecto mientras conduzco. Cuando me subí al coche me percaté de que el depósito estaba a punto de agotarse pero decidí parar en la primera gasolinera que encontrara.

Arranqué el coche y el primer pensamiento que me vino a la cabeza fue sobre algo que había leído en alguna parte: ¿ser profesional o ser emocional?¿es compatible la humanidad con la profesionalidad o una cosa excluye a la otra? ¿Hay que tomar distancia respecto al problema de nuestro cliente o, por el contrario, tenemos que hacer nuestro su problema? ¿Es posible un término medio?

No sé qué pensáis vosotros pero esto es algo que me solía plantear cuando empecé a trabajar y pensaba en el tipo de abogada que quería ser, observando la actitud del resto de compañeros con más experiencia que yo. Entonces pensaba, y sigo pensando, que lo profesional no está reñido en absoluto con lo emocional.

Sumida en estos pensamientos me pasé de largo la primera gasolinera antes de salir de la ciudad. “Pararé en la siguiente”, pensé.

Volviendo al tema, creo que algunos profesionales prefieren trabajar como si su cliente fuese un número de expediente, un asunto, un caso más. Por supuesto, su trabajo es enfocar la defensa de la mejor manera posible pero, a pesar de que puedan ganar el pleito y satisfacer las pretensiones de su cliente, muchas veces para el cliente esto no es suficiente. Me llama la atención que algún cliente me diga que ha acudido a un despacho X y han ganado el pleito pero que allí no volverá más, por la forma tan fría y “profesional” con que le han tratado.

Por el contrario, hay compañeros que se involucran totalmente hasta el punto de hacer suyo el problema de su cliente. La consecuencia es que pierden objetividad, a mi entender, y no pueden asesorar debidamente a su cliente, metiéndole en un pleito tras otro sin sentido alguno porque no son capaces de poner distancia respecto al asunto para verlo con mayor claridad.

A todas estas, vi que dejaba a mi derecha la siguiente gasolinera y la aguja que indicaba el nivel del depósito iba bajando más y más.

Mi opinión respecto al tema es que, como se suele decir, “en el medio está la virtud”. Creo que cuando tratas con personas no puedes limitarte a ser un buen profesional sin más. Las personas acuden a tu despacho con un problema, que es SU problema y la mayor parte de las veces les quita el sueño, por lo que es entendible que busquen algo más que un buen profesional. Buscan a alguien cercano, que les entienda, les apoye y les asesore para enfocar el problema de la mejor manera posible. Esto es especialmente importante en los asuntos de derecho de familia, pero es trasladable a muchos otros campos.

Sin embargo, creo que el abogado tiene que intentar ser objetivo, tomar cierta distancia respecto al asunto en cuestión para poder asesorar debidamente, sin decirle al cliente lo que quiere escuchar sino lo que honestamente cree que puede conseguir. Y si es posible un acuerdo, siempre será preferible a enzarzarse en un pleito interminable y así debe aconsejar al cliente.

Pensando en todo esto llegué a mi destino, aparqué el coche y me fui al juicio aliviada de haber llegado con el poco combustible que tenía. Después del juicio me subí al coche con la intención de llegar a la gasolinera más cercana, pero el coche dijo ¡basta! y me tuve que encaminar hacia la gasolinera para rellenar una garrafa con combustible para poder seguir mi camino. Consecuencias de perderse uno en sus pensamientos…en fin, podía haber sido peor.

¿Qué pensáis sobre el tema? ¿Iríais a un profesional que deja a un lado sus emociones? ¿Preferís alguien que haga suyo vuestro problema? ¿Os parece que puede haber un término medio?